domingo, 12 de octubre de 2008

Lógica natural y lógica científica


Hemos comprobado que el objeto, finalidad y utilidad de la lógica consiste en garantizar la corrección del razonamiento. Ahora bien, alguien podría alegar -y no estaría equivocado- que no es necesario haber estudiado lógica para razonar correctamente. Esta apreciación nos obliga a distinguir entre los conceptos de "lógica natural" y "lógica científica":Existe una lógica natural o espontánea, previa a toda cultura, que podríamos denominar sentido común y que es suficiente para la vida cotidiana e incluso para el desarrollo de las diferentes disciplinas. Así, ni el abogado, ni el periodista, ni el empresario, ni el médico, ni el economista, ni el físico, suelen iniciar sus estudios por el de la lógica, pues confían en el "buen funcionamiento natural" de la razón.Sin embargo, está claro que una cultura completa implica la exigencia de no contentarse con el juego espontáneo de la razón y de su lógica natural, exige además la elaboración de una lógica científica a base de reflexión. En el orden teórico, esta lógica científica permite eliminar una laguna en nuestros conocimientos al conocer el porqué de las reglas que nuestra razón sigue espontáneamente. Por otra parte, en el orden práctico nos proporciona el máximo rigor en nuestra actividad intelectual.Para distinguirla de la lógica natural y espontánea, la lógica reflexiva debería llamarse lógica artificial, y, de hecho, así era designada en los tratados antiguos. Pero, por haber adquirido este término un sentido peyorativo en el lenguaje corriente, se ha adoptado la expresión "lógica científica": Es importante aclarar que la lógica científica no substituye a la lógica natural, no usurpa el papel del sentido común, pero sí lo cultiva o desarrolla. Por una parte, la lógica científica permite efectuar rápida y perfectamente razonamientos largos y complicados, demasiado difíciles o complejos para el simple sentido común. Por otra parte, permite desenmascarar y definir las deficiencias de razonamiento, las falacias o sofismas que el sentido común puede sospechar o presentir, pero que se ve incapaz de rechazar ni rectificar.La lógica científica, en cuanto estudio de las normas y leyes del pensamiento, se extrae de la lógica natural; es decir, lo que hace es reflexionar acerca del proceder de la lógica natural y extrae una serie de conclusiones o reglas que ordena y sistematiza. De este modo aparece la idea de una lógica científica que comienza por ser una técnica, sistemáticamente elaborada, del uso de la razón

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